jueves, 10 de marzo de 2011

-Evangelizar con fe y alegría


Los católicos tenemos que evangelizar con más alegría
…”El gran problema para un católico es la transmisión de la fe en su entorno. Para vencer eso, hay que recuperar nuestra fuerte identidad cristiana y revitalizar nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia, a través de una comunidad viva. Tenemos que recuperar el espíritu misionero y tomar conciencia de que ser cristiano es saber que Cristo responde a mis preguntas existenciales…”

El Presidente del recién creado Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización, monseñor Rino Fisichella, participó en un acto organizado por la Universidad Francisco de Vitoria, el pasado jueves, víspera de la presentación de los materiales previos al próximo Sínodo con los que el Papa nutre de contenido el trabajo del nuevo Consejo. Una iniciativa que responde «a la necesidad de la Iglesia de anunciar, persona a persona, a Cristo vivo, en el cambio de época que estamos viviendo», como afirma en esta entrevista para Alfa y Omega

Si la Iglesia insiste en esto desde hace tanto, ¿a qué se refiere ahora el Papa, al hablar de nueva evangelización?
Benedicto XVI dice que la nueva evangelización tiene que ser la tarea principal de toda la Iglesia, porque, hoy, podemos y tenemos que combinar el anuncio del Evangelio y el testimonio de vida de forma más coherente y eficaz que como lo hemos venido haciendo. El Papa manifiesta la necesidad de la Iglesia de anunciar, persona a persona, a Cristo vivo, en el cambio de época que estamos viviendo. Por ejemplo, hoy vivimos bajo la primacía de la ciencia y de la técnica, que se han desarrollado mucho; y este crecimiento es bueno. Pero el Papa recuerda que la ética no ha crecido en paralelo, y no hay instancias éticas que regulen la ciencia y la técnica. Ante eso, la Iglesia tiene que crecer en el conocimiento del Evangelio y en el trato con Cristo, para iluminar todo el mundo, también la ciencia y la técnica.

Las estrategias de la nueva evangelización, ¿sólo valen para Occidente? Porque no sólo Europa y Estados Unidos viven ese cambio de época...
Esta tarea de la Iglesia va a empezar, sobre todo, en Occidente, pero no sólo es para Occidente. Hay obispos de África, o de la India, que me han pedido que llevemos allí la nueva evangelización. Es algo que me ha sorprendido porque, en teoría, estos lugares son de primera evangelización, y la nueva evangelización es para países que han recibido el anuncio del Evangelio y lo han olvidado. Pero la globalización ha hecho que las formas de vida sean parecidas en lugares muy distintos. ¿Qué diferencia hay entre el ritmo de vida de Nueva York y el de Nueva Dheli?

Si la nueva evangelización no debe ser una fórmula abstracta, ¿cómo se concreta? ¿Hay que servirse de la globalización para evangelizar por Internet?
Para anunciar a Cristo tenemos que utilizar todos los instrumentos que la tecnología ofrece, pero el cambio de un cristiano se produce en el encuentro personal. El Evangelio no se transmite de verdad por Internet, sino por el testimonio de una persona a la que tienes cerca y que lo vive de una forma creíble.

Un laico cualquiera, sin embargo, suele encontrar en su entorno muchos prejuicios y personas cerradas a Dios...
El gran problema para un católico es la transmisión de la fe en su entorno. Para vencer eso, hay que recuperar nuestra fuerte identidad cristiana y revitalizar nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia, a través de una comunidad viva. Tenemos que recuperar el espíritu misionero y tomar conciencia de que ser cristiano es saber que Cristo responde a mis preguntas existenciales.

Y eso, ¿cómo se vive en el día a día?

Lo primero es confiar en la primacía de la Gracia de Dios. El protagonista de la nueva evangelización es el Espíritu Santo, no lo olvidemos. Luego, tenemos que ser capaces de anunciar al otro la alegría que yo encuentro en la fe cristiana. A veces, los cristianos somos demasiado tristes, y tenemos que vivir nuestra fe con más alegría para evangelizar. También la liturgia es un lugar para la nueva evangelización. La mayoría de los creyentes sólo escuchan la palabra de Dios en la Misa del domingo, y eso hay que aprovecharlo. La nueva evangelización se hace siguiendo la lógica de la fe: vivir la fe en comunidad, desde la oración y la liturgia, y anunciar a Cristo sin miedo, porque estamos alegres.

O sea, que hay que hablar con Cristo para hablar de Cristo...
Exacto. Tenemos que hablar con Cristo, no charlar de Cristo. Hablar supone un encuentro personal con Él, así que la Iglesia tiene que crear las condiciones para que cualquier persona pueda tener ese encuentro de tú a tú con Jesús.